Preguntarse en qué momento es el apropiado para pintar una fachada es más común de lo que parece. Por ello, te recomendamos tener en cuenta la predicción meteorológica; la temperatura, la humedad, el viento, los chubascos o las posibles precipitaciones que se presenten durante los días en los que has planificado pintar.

Beneficios de pintar una fachada

• Renovar y pintar una fachada, ya sea con un fin decorativo o una finalidad funcional, te ayudará a:
• Mejorar tu aspecto y la proyección de tu imagen de marca de cara a tus clientes y posibles clientes.
• Transmitir una imagen limpia, seria, profesional y actualizada.
• Que tus clientes identifiquen fácilmente y rápidamente tu local o nave industrial, desde lejos. Cumpliendo así, con una función indicativa.
• Corregir las imperfecciones ocasionadas por el paso del tiempo.
• Proteger y prevenir las superficies externas de tu edificio para hacerlo más duradero.

Pasos para pintar una fachada

• Analizar el estado de la superficie: Para empezar, es importante analizar el soporte y el estado del mismo. Identificar correctamente el material de las superficies a pintar. Si la fachada es lisa, rugosa, etc. Observar y comprobar si, por ejemplo, el mortero está en mal estado, si existen zonas de hierro y si estas se encuentran oxidadas. Saber si la pintura actual está degradada, si hay desconchados, cal, hongos o moho…Determinar todos estos aspectos te ayudará a saber qué pintura emplear, qué proceso de pintado establecer, y cómo preparar la superficie.
• Limpieza y saneamiento: El segundo paso es la limpieza profunda y el saneamiento para preparar la superficie. Aunque no lo parezca, es el proceso de mayor duración antes de pintar una fachada. En algunos casos, esta limpieza es necesaria realizarla con agua presión para así poder eliminar la suciedad, el moho y algunos restos de pintura antigua. En ocasiones, también se estudia la posibilidad de usar decapantes específicos para poder eliminar la pintura de las zonas más complicadas.
• Reparación de desconchones, fisuras y grietas: Si la superficie lo requiere, será importante sanear las grietas; abriéndolas y limpiándolas, para que posteriormente puedan ser rellenadas con la masilla o con el mortero adecuado. En algunas ocasiones se contempla la posibilidad de cubrir las pequeñas fisuras con malla de fibra de cristal y mortero adhesivo. Una vez reparados los imperfectos tocará tiempo para el secado y el lijado.
• Tapar y encintar: Es el momento para encintar ventas, puertas y otros detalles y lugares de la superficie que no queramos manchar.
• Aplicación de una capa de imprimación fijadora: La capa de imprimación fijadora, garantiza la adherencia de la pintura a la fachada, penetrando en la superficie y haciendo de unión con la pintura de acabado. En algunos casos, también se acompaña de una aplicación de protector hidrofugas. Un protector invisible a la vista y al tacto, que funciona como aislante del agua y de la humedad.

• Aplicación de 2 o 3 manos de pintura específica: En función de la pintura escogida y de sus características; cubrición, durabilidad, permeabilidad, resistencia al frote… la aplicación de pintura se realizará de una manera u otra.
• Dejar secar y retirar la cinta con algún pequeño retoque.